jueves, 29 de octubre de 2009

Los motivos de cada uno.

-¡Rei! - pronunció sensei Victor con firmeza - Muchas gracias chicos. Nos vemos el viernes.

El sudor se deslizaba por mis mejillas en cantidades industriales, como pocas veces en mi vida lo había hecho. Hasta que comencé a entrenar en Karate. El kimono estaba empapado, mis músculos ardiendo y la respiración era dificultosa. Sin embargo, tras despedirme y girar el pomo de la puerta con mi compañero Guillermo, salía del aula como si fuera un campeón.

¿Qué es lo que nos motiva para llegar a la extenuación de esa manera? ¿Por qué uno desea hacerse fuerte?, y ¿qué significa para cada uno ese mismo concepto?

Eso mismo estuve discutiendo con mi compañero mientras nos cambiábamos en los vestuarios. Conocer la opinión de cada uno es muy útil, nos abre la mente ante distintas perspectivas y, en mi opinión, es casi necesario. Aunque no todo el mundo dice cosas útiles, que quede bien claro. Además, él es un primer Dan, por lo que considero que su opinión ha de ser escuchada merecidamente.

Para él, el karate no es más que una forma de deporte, pero uno muy espiritual cuya práctica le llena profundamente. Su perfil le define como alguien que gusta de conocer profundamente aquello que le motiva de forma determinante, y conoce la historia del arte, sus variantes y numerosos datos curiosos del tema. Escucha las explicaciones del sensei con gran énfasis y las almacena en su cerebro, para procurar reproducirlas en caso necesario y no olvidarlas con facilidad. Por otro lado, la capacidad competitiva de este chico es nula. No le atrae en absoluto. Su conocimiento del arte es puramente intelectual y lo interioriza para mejorar su espíritu, y a sí mismo como persona. En este aspecto lo admiro. Es importante obtener un conocimiento profundo del arte, ya que con sabiduría siempre tendremos poder. Pero puede tenerse poder sin sabiduría, lo cual supone un caos y una inutilidad (Como decía el maestro Musashi Miyamoto en el Libro de los Cinco Anillos).

He ahí donde entra mi opinión, y nuestras deferencias de perspectiva ante el mismo asunto. Mientras que él es puramente intelectual (lo cual no significa que no trabaje el cuerpo, todo lo contrario. Es un tipo que está perfectamente en forma) yo soy alguien que, a pesar de absorber todos los datos y conocimientos que se pueden extraer de cada clase, e incluso escribir cuadernos con ellos para no olvidarlos, la competitividad forma parte absoluta de mí. Y creo que la clave de aumentar exponencialmente nuestra habilidad y fuerza a nivel práctico reside en ello.

Para mí hacerme fuerte significa conocer. Pero el conocimiento debe de ser amplio. Con esto me refiero a técnico, táctico y práctico.

- Técnico a la hora de saber el mecanismo de cada técnica o movimiento, cual es su origen y su utilidad. Conocer el pasado es preveer el futuro. Este conocimiento se desarrolla en el táctico.

- El táctico nos permite usar un conocimiento para aplicarlo correctamente en una situación concreta. Y estas no sólo se limitan a un combate (hablando de artes marciales). Pueden servir para la vida cotidiana, para las relaciones sociales, para negocios... El conocimiento táctico debe ser aplicable de forma práctica.

- La práctica siempre es necesaria. ¿De qué nos sirve todo lo que sabemos hacer si no podemos hacerlo? Saber cómo se hace algo no es saber hacerlo. La práctica es fundamental, encontrar nuestro propio camino para hacer las cosas, y lo más importante: aspirar a hacerlo a la perfección. Entrenar. Y esto no es sólo físico.

De la interrelación entre los tres conceptos, podemos extraer un todo. Para mí, ese todo me hace evolucionar espiritualmente, y saber la realidad de las cosas, sin tergiversaciones, o cuando y cómo utilizar un conocimiento, y poder hacerlo, me parece que es la mayor evolución mental y física que se puede tener. Pero para aspirar a más, para que nuestro cuerpo pueda absorber más, necesita motivaciones. Ahí entra mi concepto de la competición, no se trata de cómo saber "quién pega más fuerte o mejor" sino "hasta qué punto tu golpe ha mejorado. Hasta qué punto tu precisión ha sido superior. Hasta qué punto tu desplazamiento ha sido el correcto". He ahí la evolución.

Y tras sanos debates y palabras, cada uno se pegó una ducha que nos engrasó de nuevo para seguir con nuestro día. Porque tras tantas palabras, en el fondo lo mejor del entrenamiento es poder ducharse después.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Nuevo curso

Todo el mundo sabe que los comienzos nunca son fáciles, y este caso no es una excepción. El día 5 de octubre reiniciamos las clases de Aikido, con algunos problemas de por medio. Nuestras pretensiones son que las clases, que el año pasado se habían impartido miércoles y viernes, se pasaran a lunes y miércoles. La razón, hacer más grande nuestra escuela.

Muchos alumnos de otras artes marciales se quejaban de los horarios en los que trabajábamos, especialmente los viernes, ya que mucha gente prefiere salir a entrenar a las nueve de la noche. Por eso mismo cambiamos los horarios, y muchos aseguraron que en tal caso se unirían.

Queremos volvernos más grandes y va a ser trabajo de todos, así que el esfuerzo también tiene que provenir de todos. Es algo muy interesante en nuestra escuela, la opinión de cada uno es escuchada y valorada, no cae en saco roto. Cogiendo un poco de todo se toman decisiones. Por algunos problemas técnicos ese cambio de fechas casi no se realiza, pero actualmente parece que todo va viento en popa y los problemas se han resuelto, así que sólo falta esperar a ver que tal nos va este año y si se cumplen nuestras expectativas.

Con respecto al entrenamiento realizado en verano, ha sido muy útil. Gracias a ello no he perdido resistencia, e incluso he ganado en fuerza y dureza. Pero el hecho de no practicar durante este tiempo me ha resentido intensamente en el equilibrio. Tengo que recuperar postura.

Por otro lado, finalmente he entrado en el club de karate de la universidad, y el miércoles comienzo las clases. Esto me está suponiendo un periodo de adaptación gradual para lo que se me viene encima en las próximas semanas: más aikido, más escalada, kárate y todo ello sin dejar de acudir al gimnasio para endurecer. Por ello he comenzado una nueva dieta para mejorar mi nutrición y el aporte constante de energía a las horas necesarias, en esta época que va a producirme un desgaste físico considerable. En próximas entradas os hablaré de ella.

Ya os contaré la semana que viene como he empezado el nuevo arte marcial, y si no muero en el intento...