sábado, 30 de mayo de 2009

Comprender el camino

Últimamente ando curioseando sobre filósofos, pensadores o escritores, tanto contemporáneos como antiguos, y sobre sus formas de pensar y valores. A veces cuando te pierdes es interesante buscar el camino por donde otros lo encuentran, o buscar una guía. Era un tema que, además, quería tocar en el blog. A continuación os pongo unas cuantas citas para mostraros un poco del pensamiento de algunos autores que me han parecido interesantes o aleccionadoras, junto con algunas anotaciones mías:

"Debes tener siempre fría la cabeza, caliente el corazón y larga la mano."

"Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse un maestro."

"Si no estamos en paz con nosotros mismos, no podemos guiar a otros en la búsqueda de la paz."

"Los defectos de un hombre se adecuan siempre a su tipo de mente. Observa sus defectos y conocerás sus virtudes."

No todo es lo que parece, y no se puede juzgar sin conocer. La gente se condiciona por su entorno. Hay que procurar comprender esto y valorarlo, actuar en consecuencia. No todos hemos tenido las mismas oportunidades.

"La virtud no habita en la soledad: debe tener vecinos."

"Si sabes lo que tienes que hacer y no lo haces, entonces estás peor que antes"
- Confucio (551 AC-478 AC).

"Con el puño cerrado no puedes darle la mano a nadie"

"Tú y yo no somos más que una sola cosa: no puedo hacerte daño sin herirme"
- Mahatma Gandhi (1869 - 1948)

"La justicia sin poder está obsoleta. El poder sin justicia no es más que pura violencia"

"Un samurai mantiene siempre afilada la hoja de su espada, pero nunca desenvaina sin una buena razón"
- Musashi Miyamoto (1584 ¿? - 1645)

El verdadero guerrero debe siempre estar a punto para combatir y proteger lo que ama, pero nunca se enzarza en combates sin motivo.

"Es tan difícil verse a uno mismo como mirar para atrás sin volverse"
- Henry David Thoreau (1817 - 1862)

"Existen en nosotros varias memorias. El cuerpo y el espíritu tienen cada uno la suya"
- Honore de Balzac (1799 - 1850)

"Una experiencia nunca es un fracaso, pues siempre viene a demostrar algo"
- Thomas Alva Edison (1847 - 1931)

"El sentido común es algo que todos necesitan, pocos tienen y ninguno cree que le falte"
- Benjamin Franklin (1706 - 1790)

"Todo hombre es tonto por lo menos cinco minutos al día; la sabiduría consiste en no rebasar el límite"
- Elbert Hubbard (1856 - 1915)

"El conocimiento se adquiere por medio del estudio; la sabiduría, por medio de la observación"
- Marilyn Vos Savant (1946 -)

Hay conocimientos que no pueden ser adquiridos únicamente por el estudio, y la única manera de conseguirlos es mediante la experiencia y su práctica. Así se alcanza la sabiduría.

"Cuando hables, procura que tus palabras valgan más que el silencio"
- Proverbio hindú

"Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo"
- Arquímedes (¿285 - 212 a.C.)

Esta filosofía puede aplicarse a cualquier forma. Dame una motivación, un apoyo, y seré capaz de cualquier cosa.

"Más vale actuar exponiendose a arrepentirse de ello, que arrepentirse de no haber hecho nada"
- Giovanni Bocaccio (1313 - 1375)

"Un viaje de mil leguas comienza con un primer paso"
- Lao Tse (570 - 490 a. C)

Por la unión de pequeñas cosas se hace lo grande. Si nunca se empieza, nunca se termina. Para ser un maestro siempre hay que haber sido antes un alumno.

"La estupidez insiste siempre"
- Albert Camus (1913 - 1960)

"Es intentando lo imposible como se realiza lo posible"
- Henri Barbusse (1873 - 1935)

"Nunca hay viento favorable para aquel que no sabe a dónde va"
- Lucio Anneo Séneca (4 a.C - 65 D.C)

"A los amigos del alma no basta con alumbrarles el camino; hay que quitarles los obstáculos con los que tropiezan"

"El aconsejar es un oficio tan común que los usan muchos y los saben hacer muy pocos"
- Ché Guevara (1928 - 1967)

"Creer que un enemigo débil no puede dañarnos es creer que una chispa no puede provocar un incendio"
- Saadi (1184 - 1283)

Es simple: nunca subestimes a nadie. El exceso de orgullo puede perdernos.

"Cuando un hombre considera que su dignidad y libertad son las condiciones mínimas de su existencia, no pide que nadie le confiera esos títulos, los conquista"
- C. Giu-Nguyen

"El secreto para aburrir a la gente es el contarlo todo sobre tí"
- Voltaire (1694 - 1778)

"Hay quien tiene el deseo de amar, pero no la capacidad de amar"
- Giovanni Papini (1881 - 1956)

"Quiéreme cuando menos lo merezca porque será cuando más lo necesite"
- Dr. Jeckyll

"Si estás atravesando un infierno, sigue caminando"
- Winston Churchill (1874 - 1965)

Un hombre verdadero se distingue por ser perseverante aún cuando las condiciones no son favorables.

"Si te aplauden, no presumas hasta saber de quién provienen los aplausos"
- Proverbio Árabe

"Todo aquello que se afirma sin pruebas puede ser rechazado sin ellas"
- Euclides (325 - 265 a. C)

"Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde"

"Vengándose, uno se iguala a su enemigo; perdonándolo, se muestra superior a él"
- Francis Bacon (1561 - 1626)

domingo, 10 de mayo de 2009

La hora de la verdad

Cuando comienzas un arte marcial, tarde o temprano te haces la misma pregunta. ¿Esto servirá si me toca usarlo en la calle?

La respuesta, obviamente, es bastante compleja. No es decir sí o no. En gran medida depende de uno mismo.

Este mismo viernes tuve la oportunidad de entrever esa respuesta en una situación real, en la que por poco no quedo implicado. A favor tenía que ese mismo día, apenas unas horas antes, había tenido clase y se puede decir que tenía "frescos" los conocimientos, aunque esto apenas intervino realmente.

Había ido esa noche a ver una película al cine con unos amigos, y después me acerqué a Alonso Martínez con uno de ellos, para ver a otro amigo que celebraba su cumpleaños ese mismo día. Nos juntamos y después nos dirigimos hacia Argüelles, por el camino conocimos a dos chicas que decidieron venir con nosotros de fiesta.

Ya cuando llegamos al garito en cuestión y después de un rato, me encontraba hablando con un amigo tranquilamente cuando veo un empujón, cómo alguien golpea a alguien, y cómo caen dos personas al suelo. Acto seguido uno de ellos recibe una patada en la cabeza, reventandole la naríz y haciendole regar el suelo con un chorro de sangre de más de un metro de largo.

No entendí que había pasado, pero rápidamente me acerqué al chico del suelo que, asustado, se metió bajo una mesa protegiendose. Hice un gesto con la palma de la mano hacia el, para que se diera cuenta de que no iba hacerle daño, ni yo ni nadie más. Tras unos empujones veo cómo entre unos amigos sacan del local a un conocido mío, por lo visto el que había asestado la patada al chaval. Algo desorientado por la situación, salí del local para saber qué había ocurrido.

Razones aparte con las que no voy a perder el tiempo, él había recibido un empujón que alguien le había dado cogiendole del cuello. Por lo tanto, el respondió golpeando, y después, pegandole una patada al primero que vió en el suelo. No disculpo su actuación, pero si la comprendo.

Yo era el primero que no había entendido lo que había pasado ni cómo había pasado. Cuando te encuentras en una pelea callejera los golpes no caen de uno en uno precisamente, y a veces ni siquiera sabes quién te los ha dado. Todo pasa increíblemente rápido y tus reacciones deben ser rápidas y precisas. Y, desde luego, en esos momentos, uno entiende lo insignificantes que son sus conocimientos. La tensión te hace crear adrenalina, y esta te hace perder la concentración. Te vuelves instintivo y de movimientos primarios, olvidas lo que sabes. Tienes que procurar despejar la cabeza y volver a tu sitio, para poder tomar las decisiones correctamente otra vez.

Ni que decir tiene que los amigos del chaval salieron a buscar a mi compañero. Entre Marcos y yo conseguimos contenerlos, aplacarlos y tranquilizarlos. Estuvimos a un pelo de no meternos en otra pelea aún peor. Para entonces yo ya me había mentalizado de que podía ocurrir, y había recuperado el control de mis actos y emociones. Fué en este punto en el que recordé algo que ese mismo día me había dicho el sensei en los vestuarios:

"Aquí ninguno somos superhombres. Las balas no nos rebotan en la piel. Sólo aprendemos para tener más posibilidades de ganar si alguien nos desafía, pero nunca para buscar pelea. El aikido no es competición ni ninguna de esas cosas. Si quieres vencer a otro, primero enfrentate a tí mismo y véncete. El verdadero guerrero es el que vence a otro sin pelear"

El maestro comentaba que éstas son algunas de las enseñanzas de O-Sensei.

Así pues, al final la cosa se quedó como estaba. Cada uno volvió a su casa (también teniendo en cuenta que mediaba la policía, que no tardó en llegar). Algo que recuerdo es a las dos chicas que vinieron con nosotros involucrándose en el asunto. Esto es algo que no me gustó nada. Que yo me involucre, todavía. En general no me gustan estas situaciones y procuro evitarlas aunque no tengan que ver conmigo. Pero que ellas lo hagan, sin apenas conocer a ninguno, y amargando su noche, es algo que no quería bajo ningún concepto.

Parecerá una tontería pero finalmente las palabras convencieron a los amigos del chaval de la naríz rota antes que una pelea, que sólo va a acabar con más heridos y problemas. Aunque, evidentemente, las cosas no siempre saldrán así. En cualquier caso, siento que he aprendido algo nuevo. Y, mentando al gran maestro:

"Al oponente que avanza, salúdale y enfréntale. Al que retrocede, déjale seguir su camino."