lunes, 27 de abril de 2009

Una forma, varias formas.

Me encontraba parado en medio de clase, sin saber con qué compañero juntarme para praticar el ejercicio. No somos muchos, pero lo normal es que los nuevos practiquemos con los avanzados, y así aprendemos mejor la técnica. Decidí acercarme a Gonzalo.

Gonzalo es muy técnico, se fija en los detalles y es una persona que imprime respeto cuando te acercas a él. Suele ser con quien más aprendo. Me comentó que durante el movimiento no me desplazo lo suficientemente lejos, y que realizo el giro con fuerza, cuando debe ser con fluidez.

Tras practicar un rato, se me acercó Borja, para dejar a Gonzalo seguir con otro. Borja trabaja diferente, pero sabe expresar muy bien el desarrollo de los ejercicios, por lo que con él entreno bien la técnica. Con él aprendí a realizar mejor el movimiento de rotación.

Por otro lado, tuve la oportunidad de practicar el mismo ejercicio también con Manuel. Él es de esas personas que conciben el ejercicio como algo que hay que realizar con firmeza y determinación. Con él... bueno, aprendo el dolor de caer, como se siente la técnica y cómo no hacerla de forma incorrecta en puntos determinados.

Es curioso cómo cada uno hace mella en cierta parte de la técnica, donde es su fuerte. He ahí la importancia de conocer las cosas desde todos los puntos de vista posibles. Era una sola técnica, pero en realidad de varias formas. Si juzgas una técnica por cómo la hace una sola persona no la podrás entender en su totalidad, al igual que en ésta vida si juzgamos las cosas sólo por un sólo punto de vista nos quedaremos con una visión muy obsoleta.

Hay que procurar aprender de todas las perspectivas para conocer las cosas más profundamente.

1 comentario:

  1. Realmente voy a aprender más de lo que creía con el aikido (aunque sea desde fuera, que no quiero que me hagan pupa xD)

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